miércoles, 15 de julio de 2009

RUBÉN MANUEL RIVERA CALDERÓN/POEMAS SUELTOS




Fugitiva

Aquel que fue hombre en las puntas de la noche.
Aquel que se demora en el oscuro y dulce malabar de tus pezones.
Para aquel sin rostro que tuvo un nombre en tu saliva,
un cabello basta para entender el porqué del amanecer en otro rostro,
con sed.

Ese yo, que tus dedos designan,
y es más verdad que el dulce confesarse con los dientes,
muy pronto se disipa en la bocanada de tu beso.

Por la mañana, sin tu abrazo,
aquel hombre de mayo entendió al fin
ese grito silencioso del niño que nadie busca,
y se supo breve e infinito.

Esta noche, vuelto antorcha,
se levantó de sí mismo para seguir tu rastro iluminado.
Caminó sin miedo entre tus piernas,
para guarecerse en el canto de tus palabras fugitivas.

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