domingo, 9 de agosto de 2009

ABRAHAM NAHÓN/TEXTOS POÉTICOS


A Judith, quien habita en mí

Intenté hacer un poema que comprendiera la posibilidad y el azar.
Que tu mirada sobre él, como un sol laborioso, lo atardezca.
Y rote su palabra, al leerlo
desde distintas coordenadas,
o contagiado por tu soledad
revele párrafos que abreven
de la fuente de la antigua plaza:
corazón que se ofrece
incesantemente
para nadie.

Dejar que su voluntad lo transforme en otra versión del poema,
cautivar y enamorarse con todo y sus reflujos,
para no ser sólo palabra escrita: cicatrizada.
O que como una manzana mordida, a la intemperie,
pueda pudrirse a su propio antojo,
o vivir entre anhelos, rencores y batallas
como un pueblo de palabras.

Que el poema
nunca sepa que es poema.

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