Tú no tienes ni juventud ni vejez
sino como si fuera una siesta después de comer
soñando con ambas cosas.
Shakespeare, Medida por medida
sino como si fuera una siesta después de comer
soñando con ambas cosas.
Shakespeare, Medida por medida
Abuelo
Entré a tu casa
te confundí con un bastón
exiliado en piezas de ajedrez
que movías con los ojos
a punto de hundirse
en las grietas de tu piel
Un olor acre
una camisa limpia
y zapatos lustrados
me hicieron reconocerte
Sin acercarme salí
no me importó
cerrar la puerta.
Entré a tu casa
te confundí con un bastón
exiliado en piezas de ajedrez
que movías con los ojos
a punto de hundirse
en las grietas de tu piel
Un olor acre
una camisa limpia
y zapatos lustrados
me hicieron reconocerte
Sin acercarme salí
no me importó
cerrar la puerta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario